El amor por la joyería surgió en Minas Gerais, uno de los estados al sureste de Brasil, más famosos por sus minerales, en donde de pequeña , en su natal Ciudad Belo Horizonte, prefería ir en busca de cristales a la montaña en lugar de quedarse a jugar a las muñecas con sus hermanos. Siguiendo su llamado, a los 19 años, ya había ganado un concurso nacional de diseño de joyería, por lo que decidió irse a Milán para hacer una especialidad en el Istituto Europeo Design. Ahí estudió la carrera que le permitió trabajar en Micheletto, la firma de orfebrería y joyería italiana en donde se producen las hermosas piezas de casas como Bvlgari, Armani y Damiani.